Durante la última década, piratas del mar han asesinado a 160 personas, herido a 500 y hecho rehenes a más de 3500.
En el mar de Somalia se ha registrado un hecho que, si no fuera por la diferencia en las armas empleadas, parecería sacado del siglo XVII. Piratas armados hasta los dientes asaltaron un barco francés e hicieron más de treinta rehenes.
No es raro que el resultado de estos encuentros, mucho más frecuentes que lo que nos parece, sea mucho más dramático que éste, resuelto mediante la intervención militar de Francia.
Sólo en 2007, han sido atacados 300 barcos en la misma zona, un área del planeta donde los piratas pueden moverse con relativa impunidad. Nada que no haya sucedido antes, hasta el punto que creíamos que pertenecía a esa parte de la historia que se vuelve legendaria, que marcó toda una época.
Pero, por desgracia, como en tantas cosas, la civilización del siglo XXI no tiene resueltas ni superadas tantas lacras ni tantas vergüenzas de la humanidad como nos gusta decir. Ni la piratería de siempre, ni la exclavitud, ni el racismo, ni el fascismo, ni las inquisiciones, ni la guerra, ni la miseria han sido vencidos. Ojalá fuera sí.
Hay que agradecer a las agencias internacionales de prensa que nos hayan permitido atisbar este problema, aunque haya sido, desde luego, por la espectacular y excepcional intervención de Mr. Sarkozy, quien ha solicitado que la ONU se ocupe del asunto. Quizá para compensar que, curiosamente, ha sido él quien más se ha significado contra la otra piratería. La que, hasta la fecha, parece que le ha preocupado mucho más.
Parece que la otra piratería ha quedado momentáneamente relegada a un segundo plano. Parece mentira, ¡Cómo podemos olvidarla un solo momento!
Resulta ridícula, chusca e hiriente la comparación, ahora que los muertos salen en los noticiarios de nuestro propio tiempo y no sólo en las ilustraciones de las novelas románticas.
Señores del negocio de las copias y de la difusión cultural, hagan un uso más justo del lenguaje, vayan considerando que las víctimas trágicas de piratas muy reales son personas de nuestro siglo, de ahora mismo, o correrán el riesgo de acabar por ser políticamente incorrectos y … ¿ustedes, tan amantes del civismo “solidario”, no quieren nada de eso, verdad?
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