Basta de bastos y bastas

¡Basta, por favor! Ya no puedo soportarlo.

Confieso, soy un machista irredimible.
Confieso que, de puro machismo, escribo estas líneas.
Confieso, uso un lenguaje machista.
Confieso haber pronunciado oes, en vez de aes
Confieso, soy un puto machito, troglodita como casi todos.
Confieso que estoy perplejo, que no entiendo, por prejuicios machistas
Confieso que estoy hasta…los huevos, claro, tan machista yo.
Confieso, confieso, confieso…pero, ¡por favor!, dejen de torturarme.No puedo soportarlo más.

De acuerdo, sexo es lo mismo que género.
La O es culpable, la A, su víctima. La E exhibe una obscena equidistancia.
La I y la U, débiles, inútiles.

Me rindo. Hablemos como sea, pero sin penitencias. Sin obligarnos a intercambiar palabras de castigo cuya única utilidad es la de recordarnos a los machistas nuestro pecado capital, mientras el personal bosteza.

Nos quejamos de que los SMS destrozan el lenguaje. Si queremos que se respete, aún cuando sea incómodo, no hagamos de él una pancarta innecesaria y una ineficaz pantomima de lengua.

Tanto insistir en que sexo es lo mismo que género que al final nos lo hemos creído. Basta de bastos y bastas.

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