Mikel Lejarza, director general de Antena3 Televisión, nos propone imaginar cómo mejoraría el periodismo escrito si fuera sometido a los métodos de la televisión.
Ser esclavo de las audiencias a la hora de programar los contenidos televisivos es, para Mikel Lejarza, director de Antena3 Televisión, una escuela que potencia las virtudes del buen periodista. Difícilmente podemos encontrar un mejor ejemplo de Síndrome de Estocolmo, ese estado psicológico por el que un secuestrado, incapaz de defenderse de la agresión emocional a la que es sometido, desarrolla sentimientos de simpatía y aprobación hacia sus captores. En una reciente entrevista concedida a Onda Cero, una emisora de radio de su mismo grupo empresarial, Lejarza habla de las bondades de trabajar al dictado de la cuota de pantalla, que la televisión escruta minuto a minuto.
Es de suponer que, quien piensa así, aplaudirá de igual modo esa generalizada tendencia por la que los políticos lanzan, moldean o censuran sus propuestas en perfecta sintonía con las expectativas de opinión pública que los sondeos y encuestas les van indicando.
Debe tratarse de un nuevo concepto de libertad de expresión, según el cual uno debe hacer públicas sus ideas, siempre y cuando éstas vayan siendo bienvenidas por la mayoría. Groucho fue, no cabe duda, un verdadero adelantado para su tiempo.
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