El nacionalconfusionismo

El auge de los nacionalismos fragmentarios, huérfano de una auténtica reflexión ideológica, desestabiliza la geopolítica de hoy sin cimentar la del mañana.

La Europa de las Regiones
El Partido Bávaro por "La Europa de las Regiones"

Aunque en España se da con especial intensidad, el nacionalismo no es patrimonio exclusivo de nuestro patio local. Las fronteras han sido y, me temo, serán siempre una de las excusas preferidas por los pueblos de todas partes para excitar las pasiones del enfrentamiento y del odio. Como telón de fondo, una estéril discusión sobre un vago concepto de potestad colectiva sobre el territorio.

En Europa, en la Europa unida de la UE, se ha ido extendiendo, con cierto éxito, una versión pretendidamente renovada del viejo nacionalismo bajo la curiosa denominación de Europa de los Pueblos y de las Regiones. La novedad consiste en que a la fuerza centrífuga que aleja las periferias del centro de poder, cargándolas de anhelos separatistas, se quiere sumar la fuerza centrípeta que las liga con un gran centro estatal europeo. Parece que hubieran conseguido la cuadratura del círculo. Un bello sueño para la paz definitiva entre los pueblos, tantas veces tejida y tantas deshecha.

Pero antes de aplaudir, no me resisto a preguntar un par de cosas a quienes defienden una idea tan bienintencionada. La primera es relativa a su visión de Europa como gran estructura política. Si hoy pesa como una losa sobre las decisiones políticas de la UE la complejidad de un entramado de 27 países, a cual más celoso protector de su soberanía y de sus tradiciones, ¿cómo se supone que va a evitarse la parálisis total de una Europa de, digamos, 80 países? Es importante aportar ideas para semejante desafío si se quiere mantener alguna credibilidad. Porque pretender que Europa sirva de colchón para todo lo que la independencia no alcance a sostener, financiar o proteger, exige un compromiso más allá de un bonito enunciado.

Los nacionalismos fragmentarios
Los nacionalismos fragmentarios

La segunda pregunta no será contestada, me temo, salvo que se reconozca la inconsistencia de la idea misma de la autodeterminación, supuesta base conceptual de las reivindicaciones nacionalistas por una Europa multifragmentada. Pero ojalá me equivoque. Tal como reza el cartel de la fotografía, registrada en las calles de Munich, la Europa de las Regiones se propone como alternativa al centralismo. Pero digo yo, ¿van los gobiernos de estas regiones a combatir el centralismo local? Es decir, por poner un ejemplo crecano, ¿se facilitará la autodeterminación de Menorca o de Lérida, frente a su capital local? ¿Podrá Vitoria independizarse cuando lo desee del País vasco? Son sólo ejemplos sin valor alguno, pero evidencian la dificultad para conciliar una flamante ideologia con unas aspiraciones dudosamente puras.

European Free Alliance
European Free Alliance

Es muy posible que en el viejo continente haya llegado la hora de superar la etapa de los grandes estados nación. Ojalá sea pronto, por el bien de una nueva Europa en paz. Pero mientras estas dudas se despejan, sigamos jugando con las palabras bonitas y con las bellas ideas, pero no demasiado. No vaya a ser que entre tanta confusión acabemos por encontrar sólo la mezquindad de la ambición por el poder, tan a amenudo disfrazada de nobles propósitos.

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