La política de seguridad vial del Gobierno, gran olvidada de la oposición

Pere Navarro, Director General de Tráfico
Pere Navarro, Director General de Tráfico

El PP excluye de su discurso político toda alusión a la política de seguridad vial del PSOE, pese a sus indiscutibles resultados.

La oposición, en particular el Partido Popular español, parece ignorar los relevantes datos que arrojan las estadísticas de los últimos años acerca de la accidentalidad en nuestras carreteras. Tal como corrobora lo acontecido durante la pasada Semana Santa, período tradicionalmente significativo por alta incidencia en la mortandad por accidentes de tráfico, los logros en este ámbito de la política del Gobierno de España son innegables.

La reducción de accidentes mortales durannte el último período vacacional, con respecto del año 2007, tan solo hace dos años, es del 50%, nada menos. Claro que como hablamos de un hecho indiscutiblemente positivo, la oposición no incluye en su agenda pública alusión alguna al mismo.

Pere Navarro Olivella, director de la DGT, el hombre responsable de que en España se conduzca más despacio de un tiempo a esta parte, es uno de los altos cargos de PSOE más ignorados por la oposición, tan aficionada a acusar a cualquier alto cargo que asome la cabeza de incapaz o de mentiroso. Y eso que Navarro está constantemente en el candelero de la actualidad por sus medidas, frecuentemente impopulares. No pasa desapercibido, y es objeto constante de reportajes y entrevistas. Sin embargo, para la oposición, apenas existe.

Desde luego, hay también quien pide la dimisión del Director General de Tráfico. Y no precisamente con moderación. Pero el PP no se suma a estas críticas, como suele hacer en otras cuestiones donde el Gobierno muestra el más mínimo flanco débil. Seguramente el señor Rajoy sabe que mordería en hueso porque la realidad objetiva es demasiado buena, aunque siempre sea insuficioente, como para poder rentabilizar a su favor cualquier debate al respecto.

No deja de resultar mezquino que la política no permita aplaudir al adversario, aunque sea excepcionalmente. Quizá sea esta la razón de su descrédito ante una ciudadanía que se sabe espectadora de un circo montado sólo poara el enfrentamiento mediático y la pelea de gallitos.

Si un gobierno influye directamente en que haya menos muertos entre la ciudadanía, ¿no es el mayor de los logros con que un gobernante pueda soñar? ¿Es eso lo que quiere ignorar el PP?

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