EAdR cumple un añito

Sopla la vela
El Arte de Recordar, 12 meses sin dejar de mirar

Ya se ha cumplido un año desde que abrí esta ventana. Una ventana asomada a no sé muy bien qué. No sé si a un ruidoso e imprevisible patio de vecinos o a un horizonte lejano y brumoso. Al cálido rumor de los amigos o al frío silencio de la soledad. Crujen los goznes, a veces, cuando un miedo helado me congela el habla y la tentación es cerrarla. De vez en cuando me dejo llevar por ruidos lejanos, las risas y los llantos que trae la tarde hasta el alféizar. A veces, las sacudidas de mi indignación hacen crujir el marco y muchas, muchas veces siento un vértigo indefinido que me invita a tirarme, a abandonarme. Porque ahí afuera están mis enemigos pero también mis amigos, mis amores y mis dolores. Conocidos unos, desconocidos casi todos, me miran sin oírme o me gritan sin mirarme. Sólo espero estar a su altura y que mi ventana quede bien plantada, sea siempre la mía y así se sepa, no sea un agujero del que sólo brota maleza y la sombra del olvido.

Hoy, me asomo para enseñar mi copa y brindar por todos nosotros, los que hemos estado aquí y los que habéis estado allí y, alguna vez, habéis vuelto una mirada hacia esta ventana. Gracias y ¡Felicidades!

L. Eduardo Löwenberg





1 comentario

  1. Un respetuoso saludo, maestro;estás ya casi alcanzando el estado de sublimación intelectual, que debe de ser el predecesor del NIRVANA.
    No hace mucho que he sabido de la existencia de tu “blog”;los que somos de letras no estamos muy al día de las nuevas tecnologías, y en cualquier caso, nos cuesta Dios y ayuda entrar en ellas.
    Ello no obsta para que, de vez en cuando, dé una mirada a tus reflexiones escritas, ya que ahora no puedo oírlas de viva voz, como hace tiempo.
    El mundo, nuestro pequeño mundo, sigue necesitando voces críticas, casi siempre minoritarias y a menudo impopulares, para cuestionar una realidad que nos venden demasiado fácil y de la forma que quieren.
    No te pares, mientras tengas fuerzas;nos hace falta tu mirada sarcástica y muy a menudo cáustica;sigue flagelo, pero no pierdas nunca el sentido del humor.
    Con cariño.

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